Me escuecen los dedos de llamar a tu timbre. Sólo quiero que bajes. Abre el inmenso portón y no me escuches si no quieres, no me mires, no me hables pero dame la oportunidad de ser justo con los días, no soy de los que se esconden ni el oportunista que acude sólo donde huele a victoria, los sabores más nobles y prolongados requieren paciencia y tiempo, lo sabe el buen cocinero: “saber” viene de…
larocadesisifo28/11/2018